Historias de la Torre de Marfil

Para Antonio Fraguas

Uno tiene la impresión de que se homenajea a las figuras queridas cuando mueren, pero mientras están en vida se acuerda uno poco de ellas, quizá porque su trabajo del día a día nos hace sentir acompañados, y en el momento en el que nos quedamos sin él sentimos un vacío que no podemos llenar, ni repasando los viejos momentos. Fue lo que nos pasó cuando en Abril nos dejó Mingote, maestro de la viñeta, y las loas no tardaron en hacerse públicas, a sabiendas de que ya no habría más señoras estupendas. Por eso prefiero dejar el homenajea Mingote, pues poco podría decir que no esté ya dicho, y centrarme en alguien que está ahí todos los días, antes de que nos falte (día que espero que tarde mucho tiempo en llegar)

Nacido en Madrid allá por el año 42, Antonio Fraguas empezó en Televisión Española, y publicó su primer chiste gráfico en el diario pueblo, usando como seudónimo su primer apellido en catalán, Forges. En 1973 empezó su dedicación exclusiva a la viñeta, e inició su colaboración en publicaciones variopintas, desde el Diez Minutos a El Jueves, pasando por Interviú, El País o El Mundo. También hizo colaboraciones en la radio, con Luis del Olmo, Gemma Nierga, o Javier Sardá. Actualmente, dibuja el chiste de la editorial de El País, es fijo todas las semanas en El Jueves y colabora en el programa de RNE No es un día cualquiera, con Pepa Fernández. Pero sobre todo, es conocido por sus viñetas.

El estilo forgesiano es de lo más característico. Los bocadillos de trazo grueso, las imponentes napias de sus personajes, su particular lenguaje, salpicado de expresiones medio inventadas como Gensanta, stupendo, gonlamar, o, desde que se pusieron de moda deportes como el puenting o el rafting, inventar los suyos propios añadiendo la terminación del gerundio en inglés, -ing, a términos castellanos, originando el guillotining o el rellaning. Y también la innumerable galería de personajes inconfundibles: antes de que la Blasa o la Vieja’l Visillo pulularan por nuestras pantallas, las viejas de Forges eran referente de la viñeta, mitad tecnología punta y desconocimiento, estaban también la Concha y el Mariano, siempre a la greña, la tía buena que hacía babear al Mariano y a la Concha esgrimir la Minipimer para zurrarle al Mariano en la calva, los Blasillos representando la tradición rural, los indios y vaqueros gays (para que luego digan que fue revolucionario Brokeback Mountain, chúpate esa, Hollywood), los náufragos, los funcionarios vagos, el político corrupto, etc. Una visión cruda pero divertida de la sociedad española.

No recuerdo bien cuando fue la primera vez que tuve contacto con las viñetas de Forges. Probablemente fue a raíz de las ilustraciones que hizo para un librillo que editó la ONCE sobre cómo relacionarse con un ciego, tanto lo que hay que hacer como lo que no. Ignoro si todavía anda por casa (¡ojalá!) pero anda que no me reí yo con el que rebautizamos como el libro de “Putrid mejillón”, gracias a uno de los chistes, en el que se indicaba que la mejor manera de guiar a un ciego es ir por delante y que él te agarre. Decía el ciego: “Te ruge el alerón, cosa magnificente, Morgan.” Respondía el aludido: “Es que uso desodorante Putrid mejillón”. “Ya” recalcaba el ciego. Contado así tiene menos gracia. Así que os dejo con algunas de las mejores viñetas que ha sacado en El País este año, y si se tercia, una breve explicación.

29 de Enero de 2012

La primera la tengo recortada del periódico y colgada en mi habitación. La pobre España, tan hecha un asco que necesita de un psicólogo, quien incluso llora, empático. La habilidad de Forges consiste en que en esa panda de sinvergüenzas caben todos, sin importar de qué pie cojea cada uno. Todos entran, para Forges no hay diferencia.

10 de Marzo de 2012

Ésta habla por sí sola. Por una minucia te encarcelan y te tratan como a un perro, por robar a mansalva estás dos días y a cuerpo de rey. Queda dicho.

14 de Mayo de 2012

Y si en la anterior casi sin palabras lo explica todo, aquí son las palabras las que ponen sentido común a la situación… Sentido común para el lector, claro, políticos y banqueros no lo ven así.

Y para cerrar, en el 76 le dedicaron un disco a él y sus personajes. Os lo recomiendo, pues más de uno de los temas sigue tristemente vigente, el de la ventanilla y, con la debida actualización monetaria, el “Suiza patria querida”. A disfrutar.


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