Contra Editorial










 
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Crónicas desde el exílio: ¡Felíz Cumpleaños!




Recuerdo... ¡Sí! recuerdo muy bien por qué no celebraba mis cumpleaños. Tenía 13 años, eran las 10 a.m. de un 15 de mayo, iba en bicicleta y tuve una caída, como consecuencia de esto me vi con un tendón de Aquiles cortado por el piñón y la imposibilidad de caminar. A las 12 p.m. del mismo día estaba ingresado en un hospital, mis padres estaban preocupados, y toda mi familia estaba esperando a por mí... No hubo cumpleaños, tampoco celebraciones. Sólo hubo soledad y una maldita espera obligada, ya que sólo me operarían a las 6 p.m. de ese mismo día.
Fue un golpe muy duro para mi tierna infancia pues no pude comer de la torta, escuchar cantar el "Cumpleaños Feliz"... Lloré por no poder estar con mi familia y por no tener consuelo de nadie.

A partir de este hecho siempre pensé en mi mala experiencia, buscaba un sentido para ella. Llegué a la conclusión de que ese día era un día cualquiera, que todos los días tenían la misma dignidad, y que el mejor cumpleaños eran todos los días el año, pues estaba siempre junto a los míos...
Este pensamiento me acompañó por mucho tiempo, pero fue cambiando conforme fui creciendo y encontrándome con la "Filosofía". Primero pensé: "¿porqué es mi día? ¿no es un poco narcisista el hecho de que las personas se reúnan y te regalen algo?"... No lo sé, siempre he vivido y muerto por mis amigos. Siempre he pensado que debería ser yo quien regalase a mis amigos por la posibilidad que me dan al reunirles. Un aniversario no es sólo un año que cierra un ciclo, es el instante donde todo confluye y grita en tu nombre: ¡estamos aquí, estoy aquí y es por ustedes! El mundo fluye y en estas infinitas posibilidades podemos afirmar: ¡vencimos el azar! ¡Henos aquí!


La Historia: Mi aniversario: 15 de mayo del 2008

Tal como en aquel cumpleaños que me dejó una gran cicatriz en mi pié derecho, este año me encontraba lejos de mi familia, mas no solo. He logrado hacer muchos amigos aquí en Granada (España). Siempre he pensado que los amigos son la familia que uno elige. Quería sentirme como en casa, agradar a todo el mundo, ser feliz en las sonrisas de los que estaban conmigo y reflejar esa felicidad en el infinito... Sabía que mucha gente estaba pensando en mí y que debía ser el mejor anfitrión que pudiera haber. Así no sólo me lo exigían los que estaban, me lo exigían también los que faltaban.
 




Plaza que queda a 10 metros de donde vivo. De hecho, mi edificio queda por el lado izquierdo de la foto.


Preparativos:
Mi cumpleaños comenzó a vivirse mucho antes de lo esperado, Leo y Román (dos amigos franceses) decían que me darían a beber 1 chupito por cada año que cumpliría... Mis compañeros de doctorado comenzaron a organizarse para asistir, mis amigos norteamericanos, Dillon y Chris, me tenían preparado un regalo muy especial y mis compañeros de piso me habían prometido colaborar en todo.
Había mucho ánimo de fiesta, eso me tenía muy impresionado, yo quería que este año fuera un buen recuerdo, que todos disfrutáramos de una buena cena, y si era posible, con mucha alegría. Mi primer intento fue contactar a las personas; enviar una circular por correo electrónico. La misiva fue bien recibida, los mensajes comenzaron a proliferar, y en un día ya tenía confirmadas 25 personas. A partir de un pequeño gesto se desencadenaron muy gratas respuestas que me hablaban de que había ganado muy buenos amigos.

Estimad(os)(as) compañer(os)(as) y amig(os)(as):
Quizás muchos lo sepan ya, pues no he dejado de anunciarlo. Por eso hoy no sólo os envío una invitación formal y un saludo cordial, también me es preciso pedirles un poco de colaboración. Como ya saben, el próximo jueves 15 será mi cumpleaños... Vamos, son bastantes y suficientes como para ponerse a hablar de ellos... Tantos son, como personas tengo pensado invitar. De hecho, es allí donde radica mi mayor preocupación.
Como sabrán, mi intención es hacer una "cena". En principio había considerado un círculo íntimo y cercano. El hecho es que ese grupo aunque cercano (y no tan íntimo ¡espero!) es casi ya una circunvalación. Muchos son con los que me gustaría compartir. Y creo que bastantes son las personas que les gustaría compartir conmigo (¡que ingenuo soy!)... En fin, sólo soy uno y creo que no doy a basto para ofreceros la mejor hospitalidad posible, es por esto que me gustaría que me pudieran ayudar en la preparación de todo esto.



La Cena y la fiesta... ¡Exceso y desborde!
Mentiría si no supiera por qué, pero lo cierto es que mis amigos franceses me llaman "Ratatoille", el ratón cocinero de una película de Pixar. Como buen ratón cocinero, pensaba: "he de hacer lo que más valoran mis amigos, si algo he de regalarles, será darles lo mejor, ellos lo merecen; ¡son mis amigos!". Pero no estaba solo, Darío, un compañero italiano que tengo en el Doctorado, se había comprometido para hacer pasta para mi cumpleaños; Pedro, un amigo español también se ofreció para cocinar cous-cous; Livia, una valenciana compañera del doctorado me dijo que prepararía berenjenas rellenas; Alberto, mi compañero de piso italiano preparía tiramizú; Cécile, mi compañera de piso francesa, aportaría con canapés de salmón y atún; Fabiola, una amiga mexicana aportaría con frutillas con crema; y yo por mi parte prepararía dos pasteles de papas, albóndigas de atún y arroz con pollo en crema...

La verdad es que la comida era suficiente para todos los que habíamos, éramos alrededor de 25 personas. Parecía convención de la ONU, 1 australiana, 1 noruega, 2 norteamericanas, 2 francesas, 1 mexicana, 6 españolas, 1 italiana, 3 italianos, 2 españoles, 1 mexicano, 3 estadounidenses, 2 franceses, 1 chipriota y ¡1 chileno!
La suerte estaba echada, luego de la comida se dio paso al alcohol. Yo me había comprado un six pack de cervezas de litro para consumo personal... Me dieron mi primer regalo: ¡una camiseta del Granada Club de Fútbol!, luego pasaron al segundo: ¡una burra inflable! (sí, ¡inflable!), y finalmente un juego tipo Ludo pero personalizado que se llama: "Nacho! Cho! Game!"...
Yo desbordaba de alegría, la gente comenzó a animarse. Hablaba con Mathilde (noruega), la chica más guapa de la fiesta. Al rato se me acercó Luca (italiano), comenzó a seguir la conversación con la chica, de pronto hizo lo que siempre hace cuando estoy con una chica: recuerda mis tonterías y me avergüenza... Sé que hay que morir a tiempo, salí de la conversación y luego hablé con mis amigos gringos, después con Cécile (francesa) y uno que otro compañero de doctorado. Yo estaba muy animado, tenía a “Cé” tomada por la cintura, reíamos y disfrutábamos de todo lo que pasaba. De pronto crucé una mirada con Mathilde, sus ojitos me pedían ayuda. Fui a ver que pasaba: ¡el italiano se había puesto pesado! ¡Le había comenzado a importunar! Yo intervine y le dije: "¡Vale! Ella es una invitada, déjala tranquila, no le molestes, deja de preguntarle cosas personales, QUIERO QUE TODO EL MUNDO se lleve un BUEN recuerdo de esta fiesta"... Luego el italiano se descontroló, le pedí que se fuera de la fiesta. Hizo amago de irse - bueno con esa borrachera creo que ya no procesaba bien – después volvió y terminó por hacer un escándalo que recordaré toda mi vida. Intentó lanzarse por la terraza, comenzó a caminar sobre un tragaluz, se tiró al suelo para ponerse a llorar, mientras tanto dos amigos tratábamos de contenerlo y tranquilizarlo... No lo sé, todo iba muy bien, un amigo me pidió que lo dejase con ellos, me dijo que era mi fiesta y que no era justo que por una persona dejara a 25 solos... Contuve mis ganas de golpearle, me fui con mis otros amigos y al menos por un momento estuve en paz. Mis amigos franceses cogieron un saxofón y comenzó nuevamente la alegría pues toda la gente comienzó a cantar en sus diferentes idiomas la siguiente canción:

Una mattina mi son svegliato,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
Una mattina mi son svegliato,
e ho trovato l'invasor.
O partigiano, portami via,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!
O partigiano, portami via,
ché mi sento di morir.
(1)
 






Yo por mi parte, vuelta a la fiesta, los vecinos que se comienzan a exaltar. La gente de los otros pisos gritan y nos llaman al silencio. Luca por fin se calma, se puede hablar con él, más ya era tarde... Sube la policía a mi terraza, nos llaman a callar, nos desalojan y todos bajamos del piso... Ya en la plaza Bib Rambla, mis amigos se aglutinan. Decidimos ir a un bar llamado Babylon. En dicho bar me encuentro con Ryan (otro gringo), quien me invita a un whisky, se lo acepto... Me pongo violento, doy un cabezazo a Chris, la gente se apesta del ambiente, comenzamos a salir. Voy a buscar mi chaqueta ¡no la encuentro! ¡Tomo prestada una! Salgo al frío. Mis amigos se dispersan, me voy con Pedro, quien me devuelve mi chaqueta.
En calle Elvira me encuentro con Mathilde, Julia y Kaitlin, todas se van a comer un “shawarma”. Yo por mi parte desespero y me voy rumbo al “Patapalos” junto con Leo, a quien había encontrado en el camino... El bar está cerrado, vuelvo a "Granada 10", una discoteca donde se supone que me esperaría Mathilde. Entramos con Leo, ¡no hay nadie! Nos subimos a un montículo para bailar, me bebo otro whisky ¡quedo con piloto automático! Ya a las 6 a.m. decidimos salir. Nos vamos pateando contenedores de basura hasta la puerta de mi casa, hacemos mucho ruido. “Cé” se despierta, dice: “¡ah! ¡Es Nacho quien vuelve!”. Leo y yo comenzamos a jugar con la burra, ¡Despertamos a Alberto! Rayamos la cocina con leyendas: Alberto y Hélène se aman... Luego de 30 minutos de estupideces cada cual se va a dormir...


El día después
Eran las 10 a.m. La señora de la tienda del primer piso toca a mi puerta. He dormido 3 horas, no escucho bien, sólo se que está enfadada porque una amiga dejó su bicicleta aparcada en la tienda y ella no puede abrir su negocio. Llamo a mi amiga, la señora no para de insultarme... Yo comprendo su enfado, pero ella no comprende mi resaca... A los 10 minutos llega mi amiga, saca su bicicleta y puedo subir a mi piso, dónde me encuentro con Alberto y sucede una nueva discusión, nos enfadamos, no nos hablamos.
Luego de esa discusión voy a la terraza a limpiar, pero para sorpresa mía está todo limpio. Vuelvo a bajar y me voy a la universidad, me encuentro con la señora de la tienda ¡vuelta a pedir disculpas!. Regreso a la hora de almuerzo a mi piso donde me espera una carta del dueño y presidente de la comunidad: “[...] Os habéis comportado como animales, habéis hecho un uso salvaje de la terraza, bla, bla, bla[...]”. Pienso para mí: “esta cosa se fue de las manos, ¡pero vale! Fue una gran fiesta, es mejor que pase todo junto que de a poco, así que puedo dormir tranquilo”.

Cada persona que me encontraba y que fue a la fiesta tenía algo que comentar, y yo me quedo con eso, que si por ser feliz al menos un instante he de tener un gran problema. ¡Bueno! ¡que más da! ¡soy de los que pone el pecho a las balas por sus amigos!




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(1) Traducción:
Esta mañana me he levantado,
oh! bella ciao! bella ciao! bella ciao! ciao, ciao, ciao!
Esta mañana me he levantado
y he descubierto al opresor.
Oh guerrillero, me voy contigo,
oh bella ciao! bella ciao! bella ciao! ciao, ciao, ciao!
Oh guerrillero, me voy contigo,
porque me siento aquí morir[...]


 



rodrigoazul77, Head RA, The Zone Chile


 
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