Una
vez sentenciada la inesperada derrota ante Perú en Copa Confederaciones
mi mente comenzó a divagar un buen rato sobre si habría sido o no mi
último partido oficial a cargo del equipo. Mi sueño, el que me ha guiado
todo este tiempo es despedirme con un título. Y otra vez esa hermosa
fantasía terminaba en una rotunda frustración. Claro, tras la derrota es
inevitable pensar en qué se pudo hacer mejor o por donde pasó el
resultado. Esta vez, al menos, quedó la tranquilidad de habernos jugado
las cartas que creímos correctas.
De ahí en adelante el asunto
pasa por dos opciones. La primera es determinar si el desgaste de tanto
tiempo a cargo del equipo ameritan dar un paso al costado. La segunda,
por cierto, pasa por saber si todavía contaríamos con el apoyo de la
comunidad a pesar de que los últimos resultados no fueron los mejores.
La
primera disyuntiva será resuelta tras un largo proceso de reflexión.
Dar la cara por las selecciones considerando que nuestra realidad como
país MZ está lejos de ser auspiciosa es complejo. Sin embargo, están las
ganas de terminar el proceso que iniciamos con una U21 mundialista
cuyos jugadores son la base del actual equipo adulto y que llegarán a su
pick en el Mundial de la temporada 66. Sería lindo manejar a esos
jugadores que tanto conocemos en una instancia como esa. Sabemos sus
defectos y virtudes, sabemos donde alcanzan su mejor rendimiento y en
qué instancias son más decisivos.
La segunda, en cambio, no pasa
por nosotros. La memoria es frágil y seguramente muchos piden nuestras
cabezas porque los últimos toe¡renos no han sido positivos. Sin embargo,
en la suma y resta quedan establecidos datos como que en los 6 torneos
donde participamos clasificamos al cuadro final, o que en dos de ellos
llegamos al podio, o que disputamos la única final de Chile en la
historia, o que logramos que gran parte de la comunidad remara junto a
nosotros. También es un dato de la causa que llevamos a cabo un proceso
transparente como pocos.
La decision no es fácil y no está
tomada. A ratos me dan ganas de seguir porque realmente quiero ver a
esos jugadores en su instancia decisiva. A ratos me dan ganas de mandar
todo a la cresta porque recuerdo que el juego no nos está dando una mano
y las cosas están cada día más difíciles. La verdad de las verdades es
que quiero un final más digo para nuestra proceso y que si postulamos y
la comunidad nos da esa oportunidad será mi última etapa en el juego.
Momento de reflexión!!!