Contraeditorial














Ayuda a acabar con la pobreza, toma un arma y mata a un pobre”.

El anterior graffiti lo leí cuando tenía 12 años en la playa. Me pareció macabro, me preguntaba como un ser podía ser tan inhumano de pensar de esa forma, y a que punto había llegado la humanidad, para poder crear ese tipo de ideas.
Lo que yo no sabía, esa que este pensamiento el economista inglés Thomas Robert Malthus, ya lo había hecho patente en su libro “Ensayo sobre el principio de población”, publicado en 1798.

En ese libro, Malthus plantea lo que se llama “catástrofe maltusiana”, pero que sea el mismo Malthus quien la explique:

Considerando aceptados mis postulados, afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre.
La Población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan sólo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas.
No veo manera por la que el hombre pueda eludir el peso de esta ley, que abarca y penetra toda la naturaleza animada. Ninguna pretendida igualdad, ninguna reglamentación agraria, por radical que sea, podrá eliminar, durante un siglo siquiera, la presión de esta ley, que aparece, pues, como decididamente opuesta a la posible existencia de una sociedad cuyos miembros puedan todos tener una vida de reposo, felicidad y relativa holganza y no sientan ansiedad ante la dificultad de proveerse de los medios de subsistencia que necesitan ellos y sus familias
”.

Malthus, promovía una eugenesia, es decir “un buen nacimiento”. Abogaba por que solo existiera la gente que tenía cierto status, y eliminar a los pobres, a los inmigrantes, y a todo aquel que pudiera ser considerado como inferior.
Para ello, proponía que los barrios pobres fueran cada vez más pequeños, y así cada vez que las elites controladoras quisieran controlar a la población, podían diseminar alguna enfermedad, y como vivirían hacinados, la propagación sería letal.
También establecía que las guerras y las catástrofes naturales, ayudaban a mantener la población controlada, y las elites, no perderían sus privilegios.

La teoría de la catástrofe maltusiana, no solo inspiró la eugenesia, sino que también inspiró a Charles Darwin a adoptar la selección natural, y la evolución como principios. Hoy nadie discute la validez de la teoría evolutiva, excepto los grupos religiosos más fundamentalistas, pero nadie sabe de donde sacó Darwin, su matriz ideológica, y es macabra.

Las guerras, el hambre, las epidemias, los desastres naturales, todas estas cosas formaban parte de la catástrofe maltusiana, para asegurar el control de los recursos, y el bienestar de las elites.

La eugenesia ha sido patente en Latinoamérica, los gobiernos de Argentina y Brasil, iniciaron políticas de blanqueamiento, incrementando la inmigración europea, y exterminando a la población indígena, como en el caso de la Guerra del desierto, donde el general Julio Argentino Roca, exterminó a los indígenas de la Patagonia, y esos territorios fueron repoblados con los inmigrantes.

La teoría de Malthus, tiene estrecha relación con la eugenesia, el racismo, la promoción de tasas de natalidad bajas, como en el mundo occidental, la esterilización obligatoria a la cual eran sometidos en el pasado los grupos marginales, el genocidio, etc.

Nosotros aspiramos a ser desarrollados, por lo mismo, mantengamos alejado a Malthus de nuestras escuelas de economía.



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