La Columna del Tata

 photo Cabeceralacolumnadeltata_zps1dda4631.png

Mi yo mismo

Me vendí a mí mismo. Sí, tal como suena y después de un largo período de introspección decidí ponerme a la venta a los 26 años y un día después fui transferido. Es, nada más y nada menos, una de las curiosas alternativas que nos ofrece MZ, de esas que no están entre nuestras posibilidades en la vida real.

Yo mismo llegué a mi propio club a los 16 con miles de sueños por delante. Me vi y sin mediar duda alguna decidí que yo sería delantero, puesto que intenté desarrollar desde que comenzó mi afición por el fútbol. Mi primer campo de entrenamiento, el de juveniles, confirmó el asunto arrojando velocidad, remates y control. Entonces no pude evitar una sonrisa cómplice pues existía la posibilidad de que mi yo mismo se convirtiera en un atacante exitoso y, de paso, que con el tiempo fuera capitán, estrella e ídolo de mi propio cuadro.

Hasta ahí todo bien. Con extraña rapidez comencé a sumar balones en dichas habilidades y al poco andar llegaron los goles en cuanta competencia juvenil se cruzó por delante. Nueve en remates y nueve en control, todo un mini crack que sin embargo no contó con la venia de San Bola. Cuando me vi maxear en siete en velocidad comenzaron las dudas, las mismas que terminaron por derrumbar todos los sueños con un 6 en resistencia. Claro, en competencias menores bastaba y sobraba, pero en las ligas mayores costaría sacarme trote.

Comenzaron así a pasar las temporadas y me trasformé en un eterno integrante de la banca, algo así como mi propio aguatero, ayudante de campo y utilero. Eso hasta un día de septiembre cuando decidí que ya era tiempo de partir de mi propio equipo. La idea surgió hace un par de semanas cuando estuve cerca de comprar a un tal Rolando Bustamante. No alcancé, estuve cerca pero al final se lo llevó otro tal Rolando Bustamante, uno que había decidido recuperarse a sí mismo, otro concepto digno de sicoanálisis.
Entonces puse manos a la obra y tras varios amagues presioné el botón y me mandé al mercado en apenas 200 mil dólares. Lo hice consciente de que me sería difícil ganarme un lugar en el primer equipo a pesar de ser yo mismo el dueño, presidente y técnico del mismo. Y me fui, a poco del cierre del remate un equipo argentino llamado La Academia de Pizzuti FC puso los verdes sobre la mesa y se quedó con mi poco destellante carrera.

Ahora, mientras escribo estas líneas yo mismo estoy haciendo las maletas para dejar el club donde me formé en busca de la oportunidad que nunca me di a mí mismo. Suena raro y lo es. Claro, porque durante unos segundos no supe si despedirme a mí mismo o ir a dejarme al aeropuerto para partir a probar suerte al extranjero. Me dio pena verme partir, pero me puso alegre tener una real oportunidad de desplegar mi lento talento al otro lado de la cordillera.

Pero como no hay primera sin segunda y yo mismo me dejé con gusto a poco decidí que en un rato, cuando mi primer yo mismo parta del equipo tomaré al mejor de mis delanteros juveniles y lo bautizaré como… yo mismo. Estoy seguro de que mi segundo yo mismo me hará olvidarme e impulsará mis nuevos sueños de idolatría y me llevará cerca del cielo. Lo juro por mí mismo.


 photo tz_logo_mini_zps03d95f4d.gif

¿Qué te ha parecido el Artículo? Anímate y ¡Coménta!

Nota: Aplicamos las Reglas del Foro. Los comentarios que realizas registran tu IP.  Procura escribir con tu nick de ManagerZone. ¡Disfruta compartiendo puntos de vistas!

Comment Form is loading comments...
 photo firmamito_zps7c9da401.jpg

">">


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30